Por Francisco José Arnau Roig.
Torrent, 16 de febrero de 2024. El pasado jueves, en el marco de la conferencia internacional sobre conservación y gestión de humedales, organizada por el Ayuntamiento de Valencia con motivo de su capitalidad verde europea, asistimos a un lamentable espectáculo por parte del concejal de Vox de la Devesa-Albufera, José Gosálbez. El edil de la formación de extrema derecha, en lugar de aprovechar la oportunidad para aprender de los expertos y las experiencias de otras ciudades, se dedicó a negar el cambio climático y a despreciar las políticas ambientales que se están llevando a cabo para proteger y recuperar la Albufera, uno de los humedales más importantes y emblemáticos de nuestro territorio.
Las palabras del concejal José Gosálbez, en las que afirma que «el cambio climático no se basa en ninguna evidencia científica», representan un punto de vista profundamente incorrecto y alarmante, especialmente al venir de un servidor público. Como político y técnico en producción agraria, debo condenar enérgicamente tales afirmaciones que ignoran décadas de investigación científica y el consenso reconocido globalmente por la comunidad científica.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que reúne a cientos de los científicos más reconocidos del mundo en el ámbito del clima, ofrece una vasta cantidad de evidencias que respalda la existencia, causas y consecuencias severas del cambio climático. Estos informes detallados, revisados por pares y basados en miles de estudios, muestran inequívocamente que el cambio climático es real y que las actividades humanas, principalmente la emisión de gases de efecto invernadero, son su principal motor.
Gosálbez afirmó, ante la incredulidad y el rechazo de los asistentes, que el cambio climático no se basa en ninguna evidencia científica y que es un señuelo ideológico y un derroche de dinero público. También dijo que el problema de la Albufera «no es el cambio climático, alarmismo climático o religión climática, ese discurso de la burbuja climática no ha servido más que de señuelo ideológico y de derroche de dinero público; un discurso el del cambio climático del que ya se han descolgado un buen número de científicos, y algunos de ellos premios nobel».
Estas declaraciones son una muestra de la ignorancia, la irresponsabilidad y la falta de respeto de Vox hacia la ciencia, la naturaleza y la ciudadanía. El cambio climático es una realidad innegable, avalada por el consenso científico y por los efectos que ya estamos sufriendo en nuestro planeta. El aumento de la temperatura, el deshielo de los polos, la subida del nivel del mar, la pérdida de biodiversidad, la desertificación, las sequías, las inundaciones, los incendios, las plagas, las enfermedades, el hambre, los conflictos, los desplazamientos forzosos y la pobreza son algunas de las consecuencias del cambio climático que amenazan la vida y el bienestar de millones de personas y de otras especies.
La Albufera es un ecosistema muy vulnerable al cambio climático, que sufre la presión de la urbanización, la contaminación, la sobreexplotación de los recursos hídricos y la invasión de especies exóticas. La Albufera es también un patrimonio natural, cultural, histórico y paisajístico de gran valor, que alberga una rica biodiversidad y que sustenta actividades económicas como la pesca y el cultivo del arroz. La Albufera es, en definitiva, una parte esencial de nuestra identidad y de nuestro futuro como valencianos y valencianas.
Por eso, desde el ámbito político y desde el ámbito técnico, tenemos la obligación y el compromiso de defender la Albufera y de luchar contra el cambio climático, con medidas basadas en la ciencia, la participación, la transición ecológica y la justicia social. No podemos permitir que el negacionismo climático de Vox ponga en riesgo la Albufera y el futuro de las generaciones venideras. Vox no representa a la mayoría de la sociedad valenciana, que es consciente y solidaria con el problema del cambio climático y que quiere vivir en armonía con la naturaleza. Frente al discurso del odio, la mentira y el miedo de Vox, nosotros y nosotras apostamos por el diálogo, la verdad y la esperanza de un mundo más verde, más justo y más humano.
Si la negación del cambio climático va en contra de los intereses de la comunidad y compromete las políticas públicas necesarias para salvar el Medio Ambiente y la Salud Pública, entonces, desde esa perspectiva, su dimisión podría ser justificada como un acto consecuente con la búsqueda del bienestar común y la gobernanza efectiva.
En una era donde la evidencia científica del cambio climático es irrefutable, resulta alarmante que un concejal de Vox en Valencia se permita negar tal realidad, precisamente en una conferencia dedicada a abordar esta crisis urgente. Estas afirmaciones no son solo un desafío a la verdad científica, sino también una falta de respeto a las generaciones futuras, que heredarán las consecuencias de nuestra inacción. El liderazgo requiere coraje para enfrentar los hechos y actuar en consecuencia. La negativa de este edil a reconocer el cambio climático -un consenso mundial- no solo cuestiona su aptitud para representar a los ciudadanos y sus intereses, sino que debería motivar una seria reflexión sobre su capacidad para ocupar un cargo público.
El progreso exige líderes que prioricen el bienestar común y respeten la ciencia.
